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Reseña de El demonio de Próspero, de K. J. Parker

«Cuando me desperté, ella estaba tumbada a mi lado, bien muerta, con la garganta desgarrada. La almohada estaba empapada de sangre brillante, como una pradera tras una semana de lluvias copiosas. Noté en la boca un regusto familiar, repugnante e inconfundible. Escupí en la palma de la mano: rojo vivo. ¡Maldita sea!, pensé, ya estamos otra vez».

Con estas palabras empieza El demonio de Próspero, una novela corta de K. J. Parker. Su protagonista, cuyo nombre nunca conoces, es un exorcista, que vive expulsando a los demonios de cuerpos humanos y que no espera despertar ninguna simpatía.

Porque, como bien te dice a ti, el lector, no es buena persona, y no espera venderte lo contrario.

Ficha técnica de El demonio de Próspero

  • Título del libro: El demonio de Próspero
  • Autor(a): K. J. Parker
  • ISBN: 978-8412479829
  • Número de páginas: 100 páginas
  • Fecha de publicación: 2022
  • Editorial: Red Key Books.
  • Disponible en Amazon en tapa blanda y formato digital.
Portada de El demonio de Próspero, de K. J. Parker

Un worldbuilding básico y una historia directa y al grano

Como ya habrás intuido por la ficha técnica del libro, estás ante una novela corta. La versión en papel tiene 100 páginas. Eso significa que mucha información se ha condensado, y aquello que no se considera vital para la historia, ha sido omitido.

En El demonio de Próspero, por tanto, la información que recibes sobre el mundo es bastante básica. Intuyes que es una sociedad medieval, por la mentalidad de los personajes, los avances técnicos y científicos y la estructura social, pero el libro va directo al grano y se centra en dos cosas.

Por un lado, en los discursos y reflexiones del exorcista que lo protagoniza, al que el libro pone en una situación incómoda.

Por otro lado, en la particular relación entre K. J. Parker y los demonios a los que caza.

Los 72.936 demonios de K. J. Parker

Según explica en las páginas del libro, en el mundo de El demonio de Próspero hay un total de 72.936 demonios repartidos por todo el mundo y, por norma general, son seres territoriales. También es imposible matarlos, o desterrarlos de forma más o menos permanente de nuestro mundo.

De modo que en la novela, hay una sensación de familiaridad entre el cazador y la presa.

Un «joder, ¿ya estás haciendo de las tuyas otra vez?», como si el protagonista fuera un tabernero, y el demonio un cliente habitual proclive al alcoholismo y la destrucción del mobiliario del local. Lo cual le queda como un guante al libro y a la mentalidad de su protagonista.

Porque, conforme lees El demonio de Próspero, hay un regusto a desesperanza, a tedio, debido a la inmortalidad de los enemigos a los que se enfrenta.

¿Ayudarías a alguien malvado si el resultado, al menos a corto plazo, fuese algo bueno?

Esta es la pregunta que te hace la parte central de la novela, y que hará dudar al exorcista que la protagoniza. Próspero, que vendría a ser el Leonardo da Vinci de este mundo de fantasía, se ha mudado a la ciudad donde reside el protagonista hace unos meses, con el objetivo de instruir al recién nacido heredero al trono para convertirle en el rey perfecto.

El problema, no obstante, llegará cuando el exorcista descubra que el príncipe fue poseído por un demonio antes de nacer y que, al ser tan pequeño, la realización de un exorcismo podría matarlo. Lo cual le planteará dos conflictos: por un lado, el moral de matar a un bebé; por otro lado, el práctico, ya que de acabar con la vida del príncipe lo más probable es que su cabeza se separe del resto del cuerpo.

Es a través de este conflicto, que vas conociendo más al protagonista, que te narra cómo se enfrentó a situaciones similares en el pasado y que, en algunos momentos, dejará entrever una crisis interna que lleva cultivándose mucho tiempo.

¿Merece la pena leer El demonio de próspero?

En mi opinión, sí. Es una novela corta, lo cual para mí siempre es un punto a su favor en un género donde son tan habituales los libros de más de 500 páginas. Además, ofrece una historia atípica, que muestra a un protagonista cruel y que no tiene ningún deseo de regresar al camino recto.

El libro, además, realiza alguna que otra pregunta incómoda. Y lo hace a través de un conflicto entre exorcistas y demonios cuyo planteamiento me encantó, por esa sensación de futilidad que permea el libro. La forma en que los miembros bandos se relacionan, y que da lugar a numerosos diálogos entre cazador y presa, me gustó mucho, y ayuda a ver la vasta diferencia de pensamiento y mentalidad entre ambos.

En caso de que estés buscando una lectura que puedas ventilarte en dos días, es un libro que te recomiendo, al igual que estas otras obras, de las que te hablé en mi entrada sobre historias cortas de fantasía.

Por si no lo sabías, por cierto, El demonio de Próspero, está disponible en Kindle Unlimited, el Netflix para libros de Amazon. Si no estás suscrito, te dejo por aquí un enlace para que lo pruebes durante un mes de forma gratuita.

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