Desde hace meses, cada vez que pasaba por la sección de fantasía de la librería donde trabajo, miraba de reojo la leja en la que reposaba La Rueda del Tiempo. Pensaba cosas como “tengo que leerla” y “de este año no pasa”, pero cuando mi vista recorría los lomos de sus quince volúmenes, me entraba la ansiedad, aceleraba el paso e intentaba apartarlas de mi vista.
Por suerte, hace unas semanas, La Taberna del Balrog hospedó en su Discord una lectura conjunta de este libro organizada por Frases de Mat Cauthon, que me permitió dejar de procrastinar y empezar, de una vez por todas, a leer esta saga.
Índice
Ficha técnica de El ojo del mundo:
- Título del libro: La Rueda del Tiempo 1: El ojo del mundo
- Autor(a): Robert Jordan
- ISBN: 978-8445007006
- Número de páginas: 832 páginas
- Fecha de publicación: 1990
- Disponible en Amazon en tapa blanda, formato digital, y libro de bolsillo.
Desde Dos Ríos hasta las confines del mundo
Después de un prólogo memorable, El ojo del mundo te lanza a la tranquilidad de Dos Ríos, una aldea en mitad de las montañas que se prepara para la próxima primavera. La novela te pone en los zapatos de Rand, un joven que vive con su padre a las afueras y que, de camino al pueblo, ha identificado a un jinete de aspecto ominoso.
Esa misma noche la casa de Rand será atacada por una manada de monstruos llamados trollocs. Y, al regresar al pueblo, descubrirá que lo único que ha impedido la destrucción de Dos Ríos es la presencia de Moraine, una mujer capaz de canalizar el Poder Único para usar magia.
“Volverán”, les advertirá Moraine. Pues el señor de esas bestias, el Oscuro, ha puesto sus ojos en Rand, así como en Perrin y Matt, otros dos chicos de Dos Ríos. De modo que, para proteger su hogar, los tres aceptarán a regañadientes acompañarla a ella y a su protector, Lan.
El inicio de un largo viaje
He de decir que, en algunos momentos, El Ojo del Mundo se me ha hecho un tanto pesado. Durante la mayoría de sus páginas, la novela te pone en los zapatos de Rand, o de alguno de sus compañeros de Dos Ríos.
Todos ellos son campesinos que abandonan por primera vez su hogar. Se sienten abrumados por la escala del mundo que recorren, de las ciudades que visitan y de los eventos que se entretejen a su alrededor sin que ellos puedan hacer demasiado.
La historia, en ese aspecto, tiene sentido y está bien construida. Pero a veces es difícil sacudirse la sensación de que lo más interesante está pasando fuera de cámara, mientras los personajes te describen su enésima jornada de viaje.
No ayuda el hecho de que, por ejemplo, cuando visitan lugares tan interesantes como la ciudad maldita de Shagar Logoth, permanezcan en ella solo 2 o 3 capítulos, rascando solo la superficie de los secretos que la ciudad escondía antes de escapar.
Por otro lado y, si bien el grupo protagonista está perseguido por las huestes del Oscuro, la historia rara vez te transmite una sensación de peligro y urgencia real.
Un mundo donde solo las mujeres pueden practicar magia
Aunque en 2023 esta situación ya no se da, durante las primeras décadas de historia de la literatura fantástica, existía una visión muy concreta de cómo debía ser un usuario de magia: debió ser un hombre soltero, viejo y barbudo, también muy sabio y hablar de forma críptica.
Poco a poco, sin embargo, esta idea preconcebida empezó a cuestionarse.
En la primera novela de El ciclo de Terramar, que deberías leer por las 5 razones que te doy en esta entrada, Ursula K. Le Guin mostró a un mago joven, orgulloso y arrogante por el rápido crecimiento de su poder, que comete errores y debe asumir la responsabilidad de corregirlos.
Y las primeras novelas del Mundodisco cuestionan a través del humor, la ironía y la parodia, muchos de estos aspectos. Rincewind, el protagonista de varias novelas, es un mago inútil y cobarde, que ansía una vida tranquila que Terry Pratchett le niega una y otra vez. Y en Ritos Iguales, seguirás los pasos de Eskarina, una niña que desea ser hechicera y entrar en la Universidad Invisible, pese a que la magia reglada solo es cosa de hombres.
Y en La Rueda del Tiempo, se presenta a un mundo donde solo las mujeres pueden usar magia. Esto no siempre ha sido así, como explicará Moraine. En el pasado, hubo tanto Aes Sedai hombres como mujeres.
Pero como se ve en el prólogo de El ojo del mundo, hace miles de años la magia que utilizaban los hombres se corrompió y aquellos que recurren a su poder están condenados a la locura y a dejar un rastro de destrucción a su paso.
A nivel narrativo, esta me parece una idea increíble. Porque si el hombre conocido como el Dragón es el único capaz de vencer al Oscuro, y para hacerlo ha de recurrir al Poder Único y emplear magia, el personaje que encarne a esta profecía debería perder la cordura poco a poco conforme avance la historia.
El destino y el equilibrio en La Rueda del Tiempo
Una de las cosas que más me ha gustado de esta novela, es la forma en la que se muestran conceptos como el destino, la naturaleza cíclica del tiempo y la concepción de equilibrio que aparece en el libro, y que evoca a las religiones orientales.
Aunque sus descripciones más mundanas a veces me resultaban un poco abrumadoras, cuando Robert Jordan decide, ya sea por medio de la propia narración o de diálogos, narrarte viejas historias sobre el mundo de La Rueda del Tiempo, su prosa es cautivadora.
También lo es cuando te desgrana alguno de los conceptos clave del libro, donde se entremezcla la filosofía y la espiritualidad de oriente con la de occidente. El primer párrafo del libro, que ahonda en esa idea de la naturaleza cíclica del tiempo, y que compartí en mi Twitter, es fantasía épica en estado puro y una carta de presentación increíble.
Otro elemento destacable de esta primera novela, es el regusto onírico que tienen algunas escenas a lo largo del libro, especialmente una que sucede en sus últimas páginas y que transmite muy bien ese caos que uno tiene cuando está en el interior de un sueño especialmente vívido.
¿Merece la pena leer El Ojo del Mundo?
Aunque algunos de sus fans más acérrimos me puedan colgar de los pulgares, mi respuesta va a ser un “depende”.
Creo que La Rueda del Tiempo no es para todo el mundo. Una saga tan larga rara vez va a serlo. Pero la sensación que me ha quedado después de leer el primer libro, es que Robert Jordan se toma las cosas con calma y que la historia va a cocinarse a fuego lento.
Si este tipo de historias te gustan, adelante. En mi caso, los elementos positivos han superado los negativos, así que seguiré leyendo esta saga poco a poco. Pero entiendo que hoy en día, mucha gente prefiere que las historias que lee vayan más al grano y, si es el caso, es posible que esta historia no te termine de atrapar.
En caso de que quieras comprarlo, eso sí, no te recomiendo que compres la versión de bolsillo de 6,95 €, ya que divide la obra original en dos volúmenes de forma artificial. Yo optaría, o bien por la edición de bolsillo que se publicó a la par de la primera temporada de la serie de televisión, o directamente por la versión en tapa blanda.
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