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Reseña de Soy Dragón, una novela épica de W. Sayen

Desde que su madre desapareció de forma misteriosa hace varios años, Enara ha viajado sola por el mundo de Nogark, manteniendo casi todo el tiempo su forma humana. Para evitar los ataques de los humanos, que temen y persiguen a los dragones como ella. Pero también para mantenerse lejos de sus semejantes, que temen los poderes de la estirpe vera de la que forma parte. 

Su soledad, sin embargo, se acabará cuando se cruce con el grupo de Kay: una partida de dragones con quien, según descubrirá, comparte algunos de sus objetivos, y que le permitirá comprender mejor sus habilidades y averiguar, después de más de una década, que hizo que su madre la abandonara hace ya más de una década. 

Ficha técnica de Soy Dragón, una novela épica de fantasía

Portada de Soy Dragón, una novela épica de fantasía de W. Sayen

Un mundo con diferentes razas de dragones, con culturas y sociedades diferenciadas

Una de las cosas que más me ha gustado de esta novela épica, sin duda alguna, ha sido la existencia de diferentes razas de dragones, cada uno con unas habilidades, culturas y estructuras sociales diferenciadas, que se han desarrollado de espaldas a los humanos. 

Una de las peculiaridades de Soy Dragón, que me ha recordado a otras sagas de fantasía como El ciclo de Terramar, es que los dragones tienen la capacidad de adoptar una forma humana. Esto les ha permitido mantenerse oculto de los hombres y aprovechar las carreteras y caminos que estos crean para viajar entre asentamientos, en lugar de surcar los cielos de una forma bastante poco discreta. 

Pese a ello, sin embargo, esta novela épica cuenta con más que suficientes enfrentamientos entre dos o más de estas criaturas, que pelearán con garras y dientes, pero también haciendo uso de las habilidades de sus respectivas estirpes. 

La más interesante, desde mi punto de vista, sería la raza de dragonas vera, tanto por su elegante y vaporoso aspecto, como por los poderes que estas poseen, que están relacionados con el pensamiento y las emociones. Un conjunto de habilidades diferente a lo habitual, pero que da mucho juego a la protagonista y añade una capa adicional a sus deseos de permanecer aislada. 

Una alianza fruto del miedo, el interés y la necesidad

Después de unos primeros capítulos donde se establece el mundo y a su protagonista, Enara tendrá que decidir si decide colaborar con Kay y el resto de dragones que le acompañan o si, por el contrario, decide viajar sola. 

Al principio, ella será reacia a colaborar con ellos. Sin embargo, ellos tienen a su alcance la primera pista sobre el paradero de su madre que la protagonista ha descubierto desde que desapareció. La aparición de unos misteriosos dragones híbridos, que combinan de forma antinatural las habilidades de varias estirpes de dragones, terminarán de sellar este pacto. 

Buena parte de esta novela épica está dedicada, precisamente, a la evolución de Enara. Tanto su evolución como dragona, ya que al viajar sola no ha podido aprender muchas de las cosas que se consideran básicas entre los suyos, como su evolución como personaje. En sus viajes, Enara tendrá que elegir si confía en su nuevo grupo, si no lo hace, y hasta qué punto, pero también descubrirá una civilización de la que no sabía nada debido a su reticencia a juntarse con sus semejantes. 

Una novela épica con un ritmo ágil que, en alguna ocasión, me ha parecido un poco irregular

Si tuviera que dar alguna queja de este libro, es que a veces el ritmo me ha parecido algo irregular. Hay dos o tres escenas y conversaciones que, en mi humilde opinión, se merecían ser un poco más largas, así como algunos momentos concretos donde siento que me ha sobrado o faltado información. 

Son cuestiones menores, ya que esta novela épica de dragones, por norma general, ofrece una lectura amena, que no se me hizo pesada en ningún momento, y que está avanzando y mostrándote cosas nuevas en cada uno de sus capítulos. Se trata, además, de una novela relativamente breve, de menos de 300 páginas, que solo tiene un punto de vista. 

Los personajes viajan de un lado a otro durante buena parte del libro y, si bien la travesía no tiene un papel central en la historia, Soy Dragón te da la información justa para que digas “sí, en efecto, están viajando” y no sientas que los protagonistas se teletransportan de un lado para otro.

Se trata, por tanto, de una queja menor, que no enturbia la lectura general. 

¿Merece la pena leer Soy Dragón

Yo diría que sí. Esta novela épica de dragones ofrece una perspectiva sobre estas criaturas que, si bien no es 100 % novedosa, se aleja de algunos de los lugares más comunes del género, y aporta una serie de linajes diferenciados, tanto en comportamiento como habilidades y sociedades, que me han gustado bastante. 

No se trata, como he mencionado antes, de una novela larga y, al no tener muchos personajes o subtramas colgando de la principal, es una lectura ligera que te puede servir para descansar de sagas kilométricas, o que puedes compaginar con otras lecturas más densas.

Por otro lado, si bien el conflicto central de Soy Dragón se cierra en la entrega, los últimos capítulos dejan la historia bastante abierta para una continuación que aún no está publicada.

En caso de que el libro te ha llamado la atención, recuerda que está disponible en Amazon tanto en tapa blanda y formato digital, como en Kindle Unlimited

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