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Leyendas de los Otori (I): El suelo del ruiseñor

Una de las cosas que más me gusta a hacer, cuando escribo una historia con una ambientación específica, es buscar otras obras que utilicen una similar. Aunque esto nunca va a ser sustituto de una documentación, puede ayudarte en ciertos aspectos.

Por ejemplo, a sumergirte mejor en la atmósfera. También a asimilar ciertos elementos relacionados con las costumbres de la gente, sus hábitos, su dieta y su forma de vestir. Siempre y cuando, claro, su autor no haya buscado esa información en una revista de videojuegos.

Por ello, cuando decidí empezar a escribir Imperios en papel, me pareció buena idea volver a leer El suelo del ruiseñor, el primer volumen de la saga literaria Leyendas de los Otori. Un libro que abrí por primera vez hace diez años y que lleva dando vueltas por mis estanterías desde entonces.

A continuación, puedes ver mi reseña de este libro.

Ficha técnica de El suelo del ruiseñor

  • Título del libro: Leyendas de los Otori – El suelo del ruiseñor
  • Autor(a): Liarn Hearn
  • Traductor(a): Mercedes Núñez
  • ISBN: 978-84-204-6537-1
  • Editorial: Alfaguara
  • Número de páginas: 312
  • Fecha de publicación: 2003
El suelo del ruiseñor, primera parte de Leyendas de los Otori

Sinopsis de El suelo del ruiseñor

Al principio de la historia, Takeo es un muchacho que vive en una pequeña aldea entre montañas. Cree en unos dioses llamados Los Ocultos, por los que el señor de aquellas tierras, Iida Sadamu, no siente demasiada estima.

De modo que, una noche, este viaja hasta el valle donde vive Takeo y arrasa con todo y todos. También lo habría hecho con el protagonista, de no ser por un guerrero (en apariencia vagabundo) que derrota a los soldados que le perseguían.

No tardaremos mucho en descubrir, que este vagabundo es Shigeru Otori, noble de un clan antaño rival del de Iida, que ansía derrocar y verá en las extrañas habilidades del protagonista y sus ansias de venganza la posibilidad de cumplirlo.

Una historia que no es lo que parece

Lo primero que me gustaría dejar claro, es que no se trata de una historia de acción. Si vienes aquí algo que rellene el hueco que series como Ruroni Kenshin o Kimetsu no Yaiba pueden haber dejado en tu corazoncito al acabarlas, no puedo recomendártela.

Tampoco es una obra donde la magia y lo sobrenatural tengan un papel excesivo. Existe, sí, una organización llamada La Tribu, cuyos miembros son algo así como ninjas que además de su ingenio cuentan con ciertos poderes. Pero son cosas como unos sentidos superdesarrollados o la capacidad de cambiar su aspecto y no una magia que dé lugar a combates espectaculares.

Te lo digo, más que nada, porque es lo que yo buscaba la primera vez que lo leí. Lo que me encontré, no obstante, fue una novela que se centra en el juego político de una serie de nobles, y en las lealtades y motivaciones ocultas que los mueven.

Eso no significa que la serie carezca de acción. A lo largo de la novela, hay repartidas media docena de escenas de este tipo, pero salvo la que tiene lugar al final de El suelo del ruiseñor, no suelen alargarse demasiado.

Amor, venganza e intereses encontrados

Uno de los temas recurrentes en las historias ambientadas en el Japón feudal, y en muchas otras partes del mundo, son los amores imposibles entre miembros de la nobleza.

En Europa se habla del amor cortés y aunque no he encontrado un nombre similar para Japón, también tenían su propia ración de historias de este tipo.

Sobre nobles que se enamoran de la peor persona posible. Que se esfuerzan por ocultar sus sentimientos y realizan juramentos secretos a su amante. Y que ven cómo la política y sus obligaciones parecen empujarles en direcciones opuestas.

Y es que uno de los conflictos más importantes en Leyendas de los Otori en general, y en El suelo del ruiseñor en concreto, es precisamente este.

Un elenco de personajes reducido, pero bien desarrollado

Pese a que la política, y sus efectos en los protagonistas es una parte de la historia, Leyendas de los Otori no es una novela río, como las sagas de Canción de hielo y fuego o, en menor medida, El archivo de las tormentas.

El suelo del ruiseñor divide su atención, principalmente, entre dos puntos de vista diferenciados. Por un lado está el de Takeo, su protagonista, que se nutre de sus interacciones con Shigeru y con otros miembros del clan Otori. Por otro lado, está Kaede, una joven de clase noble que al principio de la historia es rehén de un aliado de Iida Sadamu.

Eso no signfica, no obstante, que no haya más personajes de peso, a parte de la media docena de personajes principales de la historia. Lian Hearn, no obstante, decidió que los movimientos de los personajes que no acompañan al dúo protagonista llegase a nuestros oídos y los de los protagonistas, o bien de la mano de rumores, o bien de intercambios secretos de información.

No utilizar este tipo de saltos hace que El suelo del ruiseñor sea una obra más concentrada, donde el foco no se pone tanto en las conspiraciones, sino en los efectos que este juego político tiene en los protagonistas.

¿Deberías leer El suelo del ruiseñor?

Cuando leí esta novela por primera vez, recuerdo que me gustó. Bastante, sí, pero no lo suficiente como para comprar el resto de libros de la saga.

En este caso, no obstante, sí que decidí salir a la caza de su segunda parte.

Leyendas de los Otori está compuesta, principalmente, por tres novelas, además de alguna precuela. Ello no impide, no obstante, que El suelo del ruiseñor deje buen sabor de boca. 

Aunque no se puede decir que uno pueda leerse solo la primera novela y quedarse plenamente satisfecho, El suelo del ruiseñor da un cierre suficiente a sus lectores. Lo cual es de agradecer, principalmente, porque los libros no son sencillos de encontrar hoy en día.

Su estilo, por norma general, resulta ligero. No es el tipo de novela donde vayas a encontrar largas diatribas sobre la historia del mundo en el que se ambienta la historia. Y esto es de agradecer, porque hay momentos en los que a uno no le apetece leer volúmenes de mil páginas. 

La lectura, por norma general, resulta rápida y agradable. Leyendas de los Otori presta bastante atención a las costumbres y tradiciones de su ambientación. Esto, en el primer tercio de El suelo del ruiseñor, frena la acción y puede hacer que las primeras páginas sean algo más pesadas.

Una vez pasas esas primeras cien páginas, no obstante, la obra pisa el acelerador. Con moderación, eso sí.

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